Muchas personas notan por primera vez la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) como una tos que no se va, a menudo peor por la mañana, con más flemas de lo habitual, o una necesidad creciente de recuperar el aire durante actividades cotidianas como subir escaleras. Algunas presentan “resfriados en el pecho” repetidos o bronquitis que se prolonga más cada vez, especialmente si fuman o han estado expuestas durante mucho tiempo a polvo, humos o humo de biomasa. Para muchos, estos signos precoces de EPOC son sutiles y fáciles de atribuir a la edad o a estar fuera de forma, hasta que baja la tolerancia al ejercicio y las sibilancias o la opresión en el pecho se vuelven más difíciles de ignorar.